Para conservar el aceite de oliva virgen extra y mantener su frescura, es importante almacenarlo en un lugar fresco y oscuro, alejado de la luz directa y fuentes de calor. La mejor temperatura de almacenamiento es entre 15 y 20 grados Celsius. Además, asegúrate de mantener el envase bien cerrado para evitar la oxidación. Evita también la exposición al aire durante largos periodos de tiempo.

La principal diferencia entre el aceite de oliva virgen extra y el aceite de oliva virgen radica en su calidad y proceso de extracción. El aceite de oliva virgen extra se obtiene de la primera extracción en frío de las aceitunas, sin uso de productos químicos y con una acidez menor al 0.8%. Esto garantiza un sabor más puro y una mayor calidad. Por otro lado, el aceite de oliva virgen puede tener una acidez de hasta 2% y puede contener ligeras imperfecciones en el sabor.

Para verificar la autenticidad del aceite de oliva virgen extra, revisa varias cosas:

• Etiqueta y Certificación: Busca etiquetas y certificaciones de calidad que garanticen la autenticidad del aceite, como el «Denominación de Origen» o «Certificación Orgánica».
• Fecha de Caducidad: Asegúrate de que el aceite esté dentro de su fecha de caducidad. El aceite de oliva virgen extra fresco tiene un sabor más robusto y características organolépticas más marcadas.
• Sabor y Aroma: Un aceite auténtico debería tener un sabor y aroma característicos, como notas afrutadas, herbales o ligeramente picantes. Un aceite de oliva virgen extra de calidad no debería tener sabores rancios o defectuosos.